domingo, 18 de noviembre de 2012

¿Recuerdas?

¿Recuerdas cuando no podíamos estar un día sin hablarnos?
¿Recuerdas cuando perdíamos la paciencia en la cocina?
¿Recuerdas cuando no podíamos vivir el uno sin el otro?
¿Recuerdas nuestros planes?
¿Recuerdas cuando fingías saber cocinar y sorprendentemente el resultado era satisfactorio?
¿Recuerdas como rompía el silencio cada vez que clavabas tus dedos en mis costillas?
¿Te acuerdas de los regalos inesperados? ¿de la víspera de reyes? ¿de cómo acabamos el año y de cómo lo empezamos?
¿Recuerdas las horas frente al televisor? ¿Y las horas en la cama? Las infinitas horas de amor...
¿Recuerdas los besos dulces? ¿Y los picantes? 
¿Recuerdas las bromas pesadas pero que, por el simple hecho de hacerlas nosotros, se volvían livianas?
¿Recuerdas los trayectos en guagua, coche...?
¿Las noches en vela, las noches de estrellas y los días de lluvia?
Las peleas y las reconciliaciones, el amor y el odio, la rabia, la impotencia y la necesidad. 
El echarnos de menos, el volver, el irnos y la rutina. La incertidumbre...
¿Recuerdas cuando todo empezó, cómo continuó y cómo malditamente terminó?
¿Recuerdas cómo me perdía en tus ojos y sonreías sabiendo el efecto que causabas?
Cuándo perdimos la sonrisa, cuando nos refugiamos en otros y cuando aparecieron las lagrimas...
Cuándo era imposible hacer borrón y cuenta nueva, cuándo el dolor era poderoso, cuando el amor vencía y cuando definitivamente dejó de poder... 
¿Recuerdas cada abrazo, cada fracaso, cada caída, cada caricia? 
¿Lo recuerdas? ¿Recuerdas cada recuerdo? Mejor dicho... ¿me recuerdas?

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