jueves, 4 de octubre de 2012

Feliz día.


Hoy estaba rebelde así que en vez de seguir mi estúpida rutina de 'llanto, suspiro y ensalada' decidí romper las reglas con 'sonrisa, baile y chocolate'. 
Pasé de una actitud fatalista a una bucólica, teniendo en cuenta, por supuesto, que la última no iba a darse en su máximo esplendor a menos que yo hiciera rotar el eje y cambiara el punto de vista hacia uno que dijera: "con lo bueno sonrío, con lo malo aprendo a reír"


Hoy estaba rebelde y como estaba cansada de esperar a que llegara el tren, salí de la estación y eché a correr entre las calles y el viento en busca de mi destino. 


Hoy nada podía detenerme, hoy decidí cambiar mi vida o, mejor dicho, mi forma de verla. Ser capaz de ver las dicotomías que creo y demás distorsiones. Hoy es un buen día para ser feliz. Hoy no tenía ningún motivo para levantarme hasta que me miré al ombligo y descubrí que YO era el mayor motivo. El mayor, el único o, por lo menos, el primero. 


Hoy cambio mi historia, mi futuro está en mis manos y, aunque la paciencia se escapa a hurtadillas por la puerta trasera, he dejado de esperar y... si no espero, no desespero.

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