jueves, 7 de febrero de 2013

Tal vez, ...

Se cierran las puertas, se cierran las ventanas, se cambia la cerradura y ya no puedes volver a entrar.
Mil giros de llaves, unos abrían y otros cerraban. Alguna intrusión por la ventana y alguna escapada por mi parte. Se acabaron las visitas, las noches cortas y los besos largos. Te lo advertí muchas, muchísimas veces y también me lo advertí a mí. Ahora pasamos de la advertencia a los hechos. Se acaban mis palabras y tus silencios. Se acaba mi sobreesfuerzo por adivinar lo que pensabas y el tuyo por fingir lo contrario de lo que sentías. Ahora solo queda asumir que la distancia es la única cura a algo tan intenso. La distancia y el tiempo. Asumir que no nos pertenecemos y que cada cual es libre para volver a abrir y cerrar cualquier ventana. 
Tal vez sea el momento de entregar la llave a otro, de dejarlo entrar en mi vida, en mi corazón. Tal vez sea el momento de hacer el amor con otro. Tal vez sea el momento de decir adiós. No más "hasta pronto" ni "hasta siempre"... nada que evoque a la esperanza. Algo conciso, escueto, sin palabras ni gestos. No hay más que decir y eso está muy claro. No hay más. Nada más. O eso me obligo a pensar para poder cerrar cualquier lugar desprotegido de improbables intrusiones. Aun así más vale prevenir que curar pues no quiero encontrarme pensando en ti cuando tengo a alguien que sueña conmigo. 

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